Festival Internacional de Cinema D’Autor de Barcelona 2014 | por Vanessa Agudo

Cuatro ediciones después, el D’A se consolida en la parrilla de festivales como una opción que recoge la mejor cosecha de películas que han recorrido otros certámenes y como una lanzadera para visibilizar ese otro cine que, desde espacios de programación alternativos, comienza a enriquecer el paisaje español. Si de esto último dio sobradas pruebas la muestra Un impulso colectivo, la selección de películas contó con los nuevos trabajos de cineastas como Garrel, Gomes, Hong o creadores como Gustav Deutsch; de jóvenes valores como Jeremy Saulnier y Luis López Carrasco y directores que van asentándose poco a poco entre la cinefilia, caso del canadiense Denis Côté. En suma, un repertorio de cineastas y películas, a veces atrevido y arriesgado, siempre estimulante, de cuyo resultado da cuenta la crónica que presentamos a continuación. 


Lluis Miñarro | Stella candente

Autoria catalana


Stella Cadente


Lluís Miñarro ha sabido condensar en este divertimento -tal y como él denomina su filme- su experiencia como productor. Esta le ha conferido una sabiduría a la hora de encuadrar, fotografiar y sobre todo ambientar la obra. Apreciamos en la trama un cuidado trabajo histórico, tanto en la selección de las localizaciones como en el magnífico vestuario de los personajes. También es muy destacable el conocimiento del coleccionismo de la época, plasmado en el valor otorgado a los objetos suntuosos, seleccionados desde el prisma de este esteta llamado Amadeo de Saboya. Miñarro nos explica con un marcado sentido del humor cómo la modernización de España será imposible, al quedar relegado este monarca cargado de buenas intenciones a un papel de pelele encerrado en su propia cárcel de oro. Resulta interesante cómo el director decide retratar este ambiente de corte desde el sentido del humor, cuajado de chascarrillos posmodernos, como los anacronismos musicales yé-yé. El erotismo gay también juega un papel muy destacado al incluir desnudos masculinos como réplica -homenaje al sexo femenino retratado por Courbet en El origen del mundo. En definitiva, una película agradable que no destila pretensiones de obra maestra sino que pretende divertir al espectador ofreciendo un cine intrascendente pero pensado desde el buen gusto.


Philippe Garrel | La jalousie

Direccions


La jalousie


Resulta extremadamente complejo escribir sobre las últimas películas de Philippe Garrel. Su filmografía es muy amplia y contiene obras tan míticas que por comparación sus trabajos más recientes pueden deslucir. Así que en este caso examinaremos La jalousie como obra autónoma, para liberarla del peso de su propio autor. El uso del blanco y negro inevitablemente tiñe de una cierta melancolía todo lo que toca, y en este caso no iba a ser menos. Garrel se inspira en la historia de su padre, interpretado por su hijo, que decide romper su matrimonio por otra mujer, sin renunciar por ello a la compañía de su hija. Nos habla acerca del deseo de huir de la monotonía, pero marcado por la incapacidad de romper con las relaciones convencionales. Precisamente el personaje más interesante y trasgresor es el interpretado de manera sublime por Anna Mouglalis, una mujer que ha decidido no limitarse a sí misma aunque ello pueda ser violento para los demás. Este personaje constituye un verdadero puente entre el pasado y el presente cinematográfico de Garrel, pues en él se concentra todo lo mejor de esta película y nos remite a sus obras más logradas. El filme es más que correcto, dotado de una fuerte carga emocional quizás tan sólo estropeada por una discutible elección musical que por momentos distrae del nudo dramático. A diferencia de sus últimas obras nuestro protagonista escogerá la vida, cerrará un ciclo para comenzar otro, de un marcado tono ambiguo.


Hong Sang-soo | Our Sunshi

Our Sunhi


Hong Sang-soo ya nos tiene acostumbrados a sus brillantes comedias de estructuras narrativas complejas. En esta ocasión vuelve a remezclar su argumento base, a saber, las relaciones amorosas entre profesores y alumnos de una escuela de cine, poniendo el acento en la peculiaridad de su protagonista: Sunhi. Así, esta vez es el personaje femenino el verdadero motor de la trama, estructurada por tres aventuras de las que ella forma parte. Como es habitual en él organiza el filme a través del uso de motivos que de alguna forma se repiten, como las variaciones musicales, para crear el ritmo tan característico de su cine. Parece haber depurado y perfeccionado su fórmula hasta el extremo, incluso radicalizándola, ya que la duración de los diferentes planos secuencia se prolongan más que de costumbre. Asimismo, esta característica queda remarcada por el uso de pocos espacios, en una visión muy sintética. Tan sólo vemos dos bares, unas calles, un par de casas, un parque, un banco. Los lugares se repiten así como las palabras para definir a Sunhi, recorriendo este personaje desde el punto de vista de los tres personajes masculinos, reunidos en el mismo espacio al final del metraje. Sin duda Hong, domina su propuesta cinematográfica sin problemas, haciendo parecer sencillas las piruetas dramáticas más sofisticadas. Huelga decir que, sin duda, es uno de los mejores directores actuales, de esos que encadenan un clásico tras otro.


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Tsai Ming-Liang | Stray dogs

Stray Dogs


Stray Dogs es sin duda una de las propuestas más inteligentes de todo el Festival. Tsai Ming-Liang ha sabido captar esa pulsión hacia al tempo lento común a todo el cine oriental llevándola hasta la máxima abstracción. Aunque podemos discutir sobre el aburrimiento o incluso angustia que produce su visionado es innegable que formalmente resulta irreprochable. Lo más seguro es que a cada escena le corresponda una pensada simbología política, pero desde el desconocimiento de su contexto tampoco pierde fuerza sino que la gana al saber plasmar esta extrañeza y total alienación que invade a sus personajes. Tsai construye el filme a base de planos secuencia en los que acerca la cámara hacia el rostro de los protagonistas, que se muestran tan incomprensibles como las extrañas ambientaciones en los que los sitúa. Se prescinde de toda narratividad; aunque existe un tiempo que transcurre, en ningún caso se establece un relato que tenga un principio ni un final. Se expone una situación delirante que ha venido para quedarse y que parece flotar en la nada, pero que permanece estable en su propia demencia. Al final resulta bastante difícil determinar si Stray Dogs es una obra maestra o una tomadura de pelo, pero Ming-Liang sabe jugar con los recursos para inclinar la balanza a su favor.


Joaquim Pinto | E agora? Lembra-me

E agora? Lembra-me


Joaquim Pinto ha decidido mostrar los cambios en su experiencia vital provocados por su enfermedad. Lejos de adoptar una posición victimista opta por retratar los cambios vitales provocados por esta, los constantes diagnósticos, dolores, viajes para probar nuevos tratamientos. Aunque lógicamente contiene momentos duros por la crueldad des su afección también los incluye muy líricos, en especial la tierna relación con su marido y sus mascotas. La dolencia provoca replantearse la forma de vivir; en este caso, todo se ralentiza y se consigue una sorprendente comunión con la naturaleza. Por momentos, Pinto nos ofrece planos bellísimos, tanto de los propios fenómenos naturales como, fruto de esta observación detallada, de su nuevo prisma existencial. Resulta muy emocionante constatar su fuerza dentro de la debilidad y como esta película se convierte en una carta al espectador, una suerte de diario entre el relato del presente y la recopilación del pasado. Y resulta especialmente interesante esta parte en la que repasa su trabajo, en especial, la sección en la que muestra parte de su trabajo con Rita Azevedo. Por supuesto, cualquier propuesta está sujeta a tener defectos, en este caso por momentos el ritmo es un tanto pesado o se muestra de manera demasiado explícita el dolor. Pero en su conjunto resulta emocionante y, lo que es más importante, muy honesta en su realización. Tras verla nos sentimos cercanos al director y nos hace replantearnos la propia normalidad.


Lav Diaz | Norte, the End of History

Norte, the End of History


Lav Diaz ha combinado en Norte la característica larga duración de sus películas con una forma de rodar algo más convencional. Aunque seguimos encontrando las premisas básicas de su filmografía, como el interés por mostrar la situación de su país o las dilatadas escenas, el tempo en su conjunto nos resulta menos contemplativo. En esta ocasión parece condensar en dos polos -dos personajes, un rico estudiante y un honrado trabajador- la bondad y la maldad. En realidad el tema del filme pasa de ser una injusticia a mostrar una profunda fractura social, una inconformidad que acaba devorando al propio sistema desde dentro. Resulta curioso cómo varía nuestro punto de vista pues, a medida que va avanzando el metraje, nos distanciamos de ambos protagonistas para encontrar en ellos cierta monstruosidad. Por un lado el falso culpable acepta tan resignado su condena que nos recuerda su paciencia a la del santo Job. Lejos de recompensarle, Diaz impone un castigo a través de la muerte de su esposa. Por el otro, el prometedor estudiante cae en el más absoluto nihilismo al despreciar al propio entorno que le ha creado, resultando imposible una reconciliación con el medio. La impresión que nos queda al terminar el visionado es la de una profunda desolación, una agria crítica hacia una país que no acaba de decidirse a resurgir de sus cenizas.


Miguel Gomes | Redemption

Redemption


Tras su aclamada Tabu,Miguel Gomes cambia de registro firmando este cortometraje de marcado carácter satírico. Usando técnicas cercanas al cine experimental que juega a montar found footage nos habla de las aspiraciones de cuatro jóvenes en cuatro países distintos (Portugal, Francia, Alemania, Italia) a modo de diario personal. Esta obra tiene una sorpresa final, una suerte de ocurrencia ingeniosa, que no contaremos para no caer en el spoiler, pero que modifica el sentido de todo lo visto anteriormente. Esto nos hace reflexionar hasta qué punto como espectadores nos identificamos con lo que estamos viendo en pantalla o al menos tenemos la tendencia a ello. En este final, al romper el anonimato de los personajes que nos hablan, podemos llegar a sentir rechazo en partes que anteriormente aparecían como neutras o incluso agradables. Realmente hace aparecer ante nosotros como un juego este poder que el director posee sobre el espectador durante el visionado. Aunque resulta una experiencia visual agradable, quizás esté un poco sobrevalorada, al pesar más el nombre de su autor que el contenido en sí.


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Ramiro Ledo | Vida extra

Un impulso colectivo


Vida extra


La huelga general de 2010 es, sin duda, uno de los hechos históricos más destacados de los últimos años. Supuso la concreción de un sentir general, un clamor popular que estalló sin remedio hacia la reivindicación. En un primer momento parecía que cambiarían muchas cosas, que por fin se superarían las diferencias para trabajar en un todo común. Dentro de todos los ámbitos de lucha que se establecieron destacó la ocupación del edificio del Banco español de Crédito en Plaça Catalunya. En Vida extra, Ramiro Ledo decide relatarnos la historia de este edificio desde el principio, para pasar a mostrar imágenes de la huelga así como de las asambleas que allí se establecieron. Lejos de guiarse por la forma documental más convencional apreciamos un marcado gusto por el montaje, dentro de las pocas escenas que conforman la película. La intención es hacer el acto lo más anónimo posible, pues en ningún caso se muestra el rostro de los manifestantes allí reunidos. Ante todo oímos las propuestas que se realizaron para pasar a una larga escena en la que un grupo de amigos se reúnen para comentar las jornadas. De nuevo es muy importante no relacionar voces con rostros, sino que las opiniones deben captarse de la forma más abstracta posible. Para ello la cámara se mantiene en un plano general y se altera el movimiento, la acción se muestra marcha atrás. La voz se desvincula de la imagen, queda desincronizada. Lo que nos explican es el después de la lucha, las esperanzas que se habían depositado en ella y que irremediablemente acaban en un desengaño. Así, nos deja un final abierto que pone de manifiesto la distancia existente y fácilmente superable entre el obrero y los portavoces de su lucha.


Xurxo Chirro, Aguinaldo Fructuoso | Une histoire seule

Une histoire seule


Une Histoire seule toma la aparente forma de un diario de viaje -a Rolle, donde habita Godard- para acabar revelando una reflexión sobre la emigración y el uso de la forma fílmica (o la ausencia de ella). Aguinaldo Fructuoso acepta el reto de probar las capacidades técnicas de su teléfono móvil, teniendo muy en cuenta la sentencia godardiana según la cual todo lo que se filma es cine. Así, retrata su entorno, encuentros con otros turistas, y -lo más interesante- el mismo proceso del proyecto. Es a la vez película y making of, en un curioso ejercicio de montaje con múltiples referencias al cine de Godard en la correspondencia entre los dos compañeros: Fructuoso y Chirro. Aunque nos encontramos bastante alejados de Vikingland, el filme se acerca a ella en la escena introductoria y en la final, pues también es un montaje de vídeo, en este caso unas cintas tomadas por la familia de Chirro y remontadas por éste, de aquí el tema de la emigración al que hacíamos referencia al principio. Une Histoire seule destaca por su forma de obra abierta, en la que el juego de interpretación libre estimula la imaginación del espectador apelando a que rebusque en su propio bagaje cultural para completarla.


Luis López Carrasco | El futuro

El futuro


El futuro corría el peligro de quedarse en una película de premisa, en la que una vez conocida su estructura perdiéramos el interés en verla. El argumento es muy simple, nos sitúa en una fiesta en una casa, a modo de reflejo social del pasado pero que debe hacernos reflexionar sobre situaciones presentes y futuras. Estructuralmente está muy lograda: en una primera parte se sirve de un módulo que va repitiendo a lo largo de este fragmento, una especie de microrrelato del que jamás percibimos el conjunto en general pero que permite evocar situaciones y de alguna manera contextualizarlas. A modo de intermedio sitúa una serie de fotos fijas que retratan la vida cotidiana de una familia franquista, en contraste con la actitud libertina de los asistentes a la fiesta de la primera parte. La continuación se compone de retratos impersonales de los jóvenes, borrando su rostro para remarcar la belleza abstracta del medio cinematográfico en sí; algo que consigue al hacer cristalizar las actitudes de las figuras en un espacio atemporal que paradójicamente pueden servir para mostrar cualquier fiesta en cualquier época. El no argumento se va desintegrando cada vez más, para acabar mostrando la casa vacía y, en último lugar, la ciudad vacía. Realmente no comunica nada en concreto, pero consigue en su estudiada vaguedad sugerir el interrogante en el espectador y hacer que se replantee si está condenado a vivir en bucle una y otra vez la misma situación, tal y como parece sucederle a sus intérpretes.


Gustav Deutsch | Shirley: Visions of Reality

Sessions especials


Shirley: Visions of Reality


Gustav Deutsch rompe con el cine de montaje al que nos acostumbró en sus célebres Film ist para proponernos en esta ocasión un ejercicio pictórico-cinematográfico, un juego de referencias definido por su estudiada frialdad estilística. Inspirándose en un conjunto de cuadros de Edward Hopper, Shirley pretende establecer un seguimiento de las vidas de los personajes presentes en ellos, llevando al extremo la idea del cine como fotograma al multiplicar estos cuadros de tal manera que surge el relato. Visualmente es indudable su atractivo, teniendo como único punto negativo una cierta desorientación en el espectador para seguir la historia, pues al situarnos en distintas décadas de manera anacrónica se corre este peligro. Por poner un ejemplo de ello, en ningún caso nuestra protagonista envejece aunque se retrate un dilatado período de tiempo. No es que ello importe, pues la gracia del filme también reside en ser una total construcción, una ventana abierta al mundo que ahora puede mostrar el movimiento en su paisaje. Ahora bien, aunque la ya mencionada frialdad proviene de la obra de Hopper, por momentos puede ser excesiva en Deutsch, así como la dificultad de distinguir si es una obra fallida o por el contrario bien resuelta. La propia película establece una distancia con el espectador que puede jugar en su contra, siendo una pieza más disfrutable en la sala de un museo que en la butaca de un cine.



Vanessa Agudo



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