(i)
necesitaba tocar una sombra
como apremio del vacío
tras mis pasos
una corona amarilla
la mueca que secunda
el gesto inacabado de los dedos
tocar
la inversión del mundo
la devastación
del lenguaje parco del sintagma
la correa animal
que anida
en este cuerpo
grácil
como un yugo
(ii)
me acerco
al rostro noche
de mis antepasados
a su ayuno
a la honda irrenunciable
de su miedo
soy una mujer que se abalanza
sobre la carne fibrosa
de la vida
la descorre y la tensa
con un ronco fruncido
de los dientes
como ellos la esculpieron
con un ronco fruncido
de la llave
(iii)
la locura de los otros en mí
simiente
rastrojo
la vasta oración de quien procrea
conociendo
el límite
un pensamiento consistente como un bloque de granito
la estirpe y la cal sobre la lengua
y todas las palabras que aprendí
se parecen a la misma palabra
un bosque dormido
en el cuerpo que transmuta
su corteza
salvaje
y canta
dijeron que debía salir del sueño
entrar en la memoria
beber del sol
corona amarilla
rota
luz
desheredada
(iv)
el día de mi muerte
volverá a ocurrir
circulará de nuevo
el caudal limpio de la sangre
entre los ojos
el cuerpo galería
desplomada
será cebo de pastores hambrientos
que observan
detrás de las rejas
cumplir un destino
será sentir
la expiración de una piedra
en el cuello
la matriz volcada a los pies
el radio descompuesto de la vida
que miente una vez más
su interminable
rescate