Zen para cine | Blanca Rego



Zen para cine

Para la mayoría de occidentales y legos en el tema, la característica más conocida del zen es el zazen, esa meditación que consiste en sentarse de cara a una pared, normalmente blanca, y olvidarse de uno mismo, o al menos intentarlo. Aunque zazen significa «meditar sentado», hay quien dice que no es meditación en el sentido estricto de la palabra, sino más bien un simple sentarse, o un sentarse inmóvil como una montaña. Ver una película proyectada también consiste en sentarse de cara a una pared-pantalla, normalmente blanca, y olvidarse de uno mismo, o al menos intentarlo. Obviamente, una película no es una pared. En una película pasan cosas que nos atrapan en mayor o menor medida y siempre estamos pensando en algo, tenga o no que ver con lo que estemos viendo. Pero, ¿qué pasaría si la película fuese, literalmente, la nada, el equivalente a estar mirando una pared vacía?


En 1964, Nam June Paik estrenaba Zen for Film, un filme de 16mm que consiste en un rollo de película transparente, sin sonido, que se proyecta en bucle. Lo único que ve el espectador es la luz que atraviesa el celuloide. La película es la nada, el equivalente a mirar una pared. Podría parecer que es pura ascesis, no-cine o la negación del cine. En realidad, es todo lo contrario, una obra en evolución constante sujeta al rastro de todo lo que la rodea: las partículas que flotan en el ambiente se le adhieren; los mecanismos del proyector la rayan; los pasos, toses y murmullos de los espectadores le añaden una banda sonora.


Esta idea de utilizar el vacío para revelar el entorno procede de las reflexiones de John Cage sobre el silencio, especialmente de su famosa 4’33”, con la que demostraba que el silencio, la nada, no existe. Incluso cuando no estamos viendo ni escuchando nada, estamos viendo y escuchando algo. Por otro lado, es también obvia la influencia del zen y del concepto budista del vacío -Śūnyatā-, que no se refiere a la nada absoluta, sino a que todo lo que existe solo existe en la medida en la que se interrelaciona con el resto del universo.



No cine para cine


Casi veinte años después de la película de Paik, Kurt Kren rodaba un filme que consistía solo en su medida en el tiempo. 42/83 No Film (1983) dura tres segundos, es muda, y lo único que muestra es una imagen estática negra seguida de tres títulos de crédito. Los tres segundos de negro de 42/83 No Film son, igual que los de Zen for Film, ausencia, pero también presencia. Al fin y al cabo, nunca hemos sabido si el negro es un color, la ausencia de color o una suspensión de la visión generada por la falta de luz.


Con 42/83 No Film, Kren se preguntaba qué era cine y qué no en un momento en el que estaba angustiado porque ya no hacía películas. ¿Una imagen estática puede ser cine? ¿Una imagen vacía puede ser cine? ¿Tres segundos pueden ser una película?


El negro, el blanco y el silencio de estas dos películas son nada, pero también son algo. Están vacíos, pero también están llenos. Son la nulidad infinita, pero también son la posibilidad absoluta, porque donde no hay nada, hay espacio para todo. Ambas películas tienen el potencial de revelar cualquier imagen, igual que, como afirmaba Cage, el silencio tiene el potencial de revelar cualquier sonido. No obstante, al contrario que Zen for Film, 42/83 No Film no es heredera de Cage ni de sus ideas sobre el sonido influenciadas por la filosofía oriental. Kren no busca ningún tipo de connotación mística o trascendental, sino una reflexión en torno a cómo categorizamos y etiquetamos la realidad para ajustarla a unos parámetros que son siempre subjetivos.


Si «cine» significa «imagen en movimiento» (etimológicamente significa precisamente eso), 42/83 No Film no es cine. Si con «cine» nos referimos al medio cinematográfico, al rollo de película dividido en fotogramas, 42/83 No Film es cine, pero cualquier película grabada en vídeo, analógico o digital, no sería cine. Si con «cine» nos referimos a una definición más amplia que implicaría una narrativa, una duración, etc. 42/83 No Film tampoco es cine. Pero, si no es cine, entonces, ¿qué es?



El territorio antes del mapa


Los atomistas griegos aseguraban que no existe nada excepto partículas y vacío, todo lo demás es una opinión. El cine son partículas -fotogramas, señales eléctricas, ceros y unos…- y el espacio entre ellas. La película que vemos es una opinión, una ilusión. La nada es la realidad sin interrelacionar, sin conceptualizar, el territorio antes de que exista un mapa. Zen for Film y 42/83 No Film utilizan esta idea para cuestionar y pervertir la manera en la que las artes visuales y el cine crean mapas de la realidad. La primera es una nada que genera una película a base de interrelacionarse con su entorno. La segunda es una nada que genera una película a base de enmarcarse en una pantalla y en un tiempo. Aunque surgen desde posiciones intelectuales y estéticas muy distintas, ambas se enfrentan a la sobrecarga de información de la cultura contemporánea y a la manera en la que el cine «clásico» mapea el mundo. Un mundo que tendemos a considerar continuo y perpetuo, pero que en realidad es más bien discreto y fugaz. Aunque la película de Kren no busca ningún tipo de conexión con la filosofía oriental, tiene algo que ver con el concepto japonés del mono no aware, referido a la «sensibilidad de lo efímero», a que todo en esta vida es transitorio e impermanente. Se trata de una idea melancólica, porque nos recuerda que, tarde o temprano, todo pasa. Incluso Zen for Film, que a priori es eterna, si se dejase en bucle perpetuamente terminaría por desintegrarse. Pero aquí es donde radica la belleza de las cosas. Si algo fuese imperecedero, dejaríamos de encontrarle el interés en algún momento. Todo lo que es algo deriva por fuerza de la nada y hacia la nada.



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Espectros y rupturas


La nada y el vacío son ausencia, pero en el cine es imposible disociar la ausencia de la presencia. Lo que está presente en la pantalla ya no está presente en la vida, es un espectro de algo que pasó, real o escenificado, que existe solo como rastro de lo que ya no existe. Tomando la idea de la hauntología de Derrida, el cine es un medio fantasmal, una aparición. Tanto Zen for Film como 42/83 No Film son espectros de algo, objetos no-objetos presentes no-presentes. Siguiendo con otra terminología de Derrida (tomada de Hamlet), en ambas el tiempo está out of joint: «dislocado», «desarticulado», porque ninguna de las dos responde a las convenciones temporales del cine, una por superávit y otra por déficit. Los dos filmes niegan, de diferentes maneras, el marco de referencia temporal tradicional del cine. Al no mostrar nada, también niegan la narrativa y la representación. La radicalidad del vacío como acción, un rechazo enérgico a la compulsión con la que consumimos las imágenes, la ficción, o incluso la vida.


No obstante, el vacío y el silencio no son necesariamente tranquilizadores. En una cultura en la que estamos viendo y oyendo perpetuamente, el vacío es una bofetada a los sentidos. Para el espectador medio, Zen for Film y 42/83 No Film pueden ser provocaciones violentas. La falta de imágenes y de sonidos nos hace sentir incómodos porque nos fuerza a relacionarnos con lo que estamos viendo de una manera muy distinta a una película convencional. No hay una historia que seguir, ni un protagonista con quien identificarse, ni una música que dirija nuestras emociones. Estamos solos ante la nada, ante nosotros mismos.


Al mismo tiempo, son dos películas que no exigen nada al espectador. Una es una instalación, así que puedes pasar de largo o verla solo durante unos segundos. La otra es demasiado corta como para resultar tediosa o agobiante. Incluso en este sentido son la nada, porque no reclaman ni nuestra atención ni nuestro tiempo. Una se limita a estar, la otra a pasar.



Zen para cine

La nada anterior al no-cine


A pesar de que no existen muchas películas basadas en el vacío absoluto (tanto visual como sonoro), el uso del vacío en el arte no es nada nuevo. El caso más conocido es el Cuadrado negro (1915) de Malevich, pero existen ejemplos igualmente radicales muy anteriores a ese, curiosamente, en el ámbito de otro arte, la literatura. En 1617, el médico y astrólogo Robert Fludd dibujaba un cuadrado totalmente negro en su libro Utriusque Cosmi al especular sobre lo que existía antes del universo: la nada vacía, el no-universo. Los extremos del cuadrado están flanqueados por la frase Et sic in infinitum («Así hasta el infinito»), dando a entender que esa nada lo abarcaba todo y, demostrando al mismo tiempo, que en cuanto intentas representar la nada, se convierte en algo.


Un siglo más tarde, en 1759, se publicaba por primera vez Vida y opiniones del caballero Tristram Shandy de Laurence Sterne, una novela que incluye una página negra. Esta página negra marca la primera muerte que sucede en el libro. Es una página que no dice nada, pero al mismo tiempo lo dice todo. Un ejercicio de ironía o retórica sentimental que deja claro que hay cosas que no se pueden expresar con palabras, de la misma manera que hay cosas que no se pueden expresar con imágenes.


Años después, en la época de las vanguardias, fueron muchos quienes utilizaron el vacío como medio de expresión. Ad Reinhardt pasó los últimos diez años de su vida pintando exclusivamente cuadros negros. Según sus propias palabras, esos cuadros no tienen nada que ver con el concepto del vacío o de la oscuridad, se trataba de crear algo puro, abstracto, no-objetual y trascendental. No es antiarte ni no-arte, sino todo lo contrario, una obra que solo es consciente del arte. De entrada, las películas de Paik y Kren podrían interpretarse en los mismos términos que los cuadros negros de Reinhardt, pero ninguno de los dos cineastas pretendía desligar el cine de la realidad. Paik crea una nada para demostrar que, en cuanto la nada entra en contacto con algo, deja de ser nada. Kren crea una nada para demostrar que, en cuanto ponemos nombre o formato a la nada, deja de ser nada. La nada, el vacío, solo existen en nuestra ausencia. Si entramos en contacto con ellos, de la manera que sea, se convierten automáticamente en algo.



Blanca Rego



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