La toma de la plaza Tahrir por sus ciudadanos marcó un punto y aparte en la naturaleza de las imágenes de protestas pacíficas y manifestaciones cívicas. A partir de ese momento, cada una de las revoluciones ciudadanos ha tenido una presencia en imágenes que, desde lo íntimo a lo político, nos ha permitido contemplar la dimensión de esa auténtica democracia desplegada efectivamente sobre calles, plazas y lugares públicos.


En Revolución de las imágenes nos propusimos volver sobre los antecedentes, visuales y políticos, que confieren sentido a nuestro presente. Desde aquellas revueltas personales, solitarias y profundamente políticas, que llevara a cabo Jean Eustache, hasta esa toma de poder entre Historia e imágenes que pusiera en escena Jean Renoir. Imágenes, todas ellas, cuyo eco político resuena, por actitud y compromiso, en las miles de horas que las cámaras digitales más ligeras han grabado en el corazón de cada plaza. Una revolución de las imágenes que es, también, la de una identidad democrática que exige un vuelco en su naturaleza política.



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Revolución de las imágenes
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Détour